jueves, 26 de enero de 2017

Entrevista a José María Rodríguez Alcalá

CARLOS VILLALBA

Hace un año descolgaba el teléfono José María para hablar conmigo. Desde entonces la vida de este exciclista amateur ha cambiado mucho. Ahora no se levanta por la mañana con la obligación de entrenar, ahora entrenar es un pasatiempo con el que disfruta. Aun así, esa rutina era ilusión al comenzar la temporada pasada con el Aldro Team de Manolo Saiz. La ilusión no aguantó hasta este año, pero una vez pasado el gran bache, afronta con ganas la nueva vida que se le presenta por delante. La bici ya no es la herramienta de trabajo sino la compañera para salir a divertirse. Hemos querido volver a hablar con él para profundizar más en lo que ha vivido en este último año.


Hace un año estabas muy ilusionado hablándome sobre tu nuevo proyecto (Aldro Team), ¿en qué momento de la temporada comienzas a perder la ilusión?

La ilusión la he mantenido todo el año. Todo ha sido al comenzar esta temporada. La temporada que acaba de terminar la terminé un poco saturado de cabeza. Todo el año corriendo, cuidándome mucho, dándole mucha importancia al tema del peso… para estar tan delgado todo el año hay que hacer mucho sacrificio, y en mi caso, tenía que pasar hambre para estar así. Al empezar la temporada no comencé con las mismas ganas y empezando así, todo cuesta tres veces más. Subí a la primera concentración sin las ganas de otros años cuando siempre a la primera vas con mucha ilusión. Al bajar lo hablé con mis padres y tomé la decisión.

En 2015, con el Caja Rural, también estuviste a punto de dejar la bicicleta, ¿era algo que venías arrastrando desde entonces?

Aquello fue un bache. Cuando te vienen mal las cosas lo ves todo negro y solo piensas en tirar la toalla. Fue un impulso del momento. Además, fue a mitad de año. Pero esta vez ha sido al empezar el año, y empezar sin ganas…imagina en mayo y verano.

¿A qué sacrificios y exigencias te referías cuando hiciste pública la noticia?

Sobre todo fue el tema del peso. En el equipo te exigían un peso para empezar a correr y yo sabía que con la motivación que tenía no iba a llegar a ese peso en todo el año. Es muy sacrificado y he preferido dedicarme a otra cosa, tener la bici como un hobbie y no hacer los sacrificios que tenía que hacer.

¿Qué te decía Javier Ramírez Abeja sobre esto del sacrificio, cosa que él vivió?

Él me dijo que si al empezar no tenía ganas lo mejor era tomarme la bicicleta de otra manera. Que era yo mismo quien tenía que decidir si seguir o parar.

Campbell Flakemore, excorredor australiano que corrió en el BMC, dejó el ciclismo siendo ya profesional por no adaptarse a las exigencias de este deporte, ¿qué piensas de la decisión que tomó él?

Es diferente. Él tenía contrato y seguro que fue una decisión que le costaría tomar. Yo lo que tenía claro es que no iba a seguir así ni siquiera si el día de mañana pasaba a profesionales. A mí no me compensaban los sacrificios por cobrar un sueldo. Cuidarte, entrenos…vives solo para la bicicleta, vida social no tienes ninguna. No me arrepiento de nada de lo que he hecho, ahora es un hobbie y tengo la vida social que no he tenido en los últimos seis años.

Hablando con Victor de la Parte, me comentaba que a Unzue no le gusta hacer muchas concentraciones para no quemar al ciclista, ¿qué te parece ese modelo de concentraciones?

Eso fue otra de las cosas.  Mi casa la he pisado muy poco este año pasado. A nivel amateur, casi todas las carreras son en el norte y los ciclistas que somos del sur lo tenemos más complicado. Las carreras son allí y los fines de semana. No puedes bajar entre semana a tu casa. Tienes que vivir en el norte. Estás lejos de tu familia mucho tiempo. Para un profesional es diferente porque vive en su casa, va a correr y puede volver a su casa. En amateur no es así, como todo es en el norte tienes que estar mucho tiempo fuera de casa.

¿Qué hubiera ocurrido si hubieras estado en un equipo de Sevilla?

Hubiera sido muy diferente. Eso me recuerda a la época de juveniles. Corrías y volvías a tu casa. Llevas una vida normal aunque tengas sacrificios. Pero estando fuera es muy diferente.


¿A qué presiones está sometido un amateur?

La máxima presión de un ciclista amateur es él mismo. Van pasando los años y cada año que pasa es más difícil pasar a profesionales. Nosotros mismos nos ejercemos esa presión. Ves que hay gente de tu edad o más joven que tú que pasa a profesionales. Los 4 años de sub23 van pasando sin que te des cuenta y cada vez es más difícil.

¿Llega a existir en amateur competencia dentro de los mismos equipos?

Si te digo la verdad, dentro de todos los equipos hay rivalidad. Todo el mundo busca dar el salto. Aunque los equipos son equipos y trabaja todos juntos, luego cada uno busca su resultado. Después, el ciclista que pase no se va a acordar del ciclista que le ayudó y que no ha pasado. En profesionales creo que es diferente porque funciona como una empresa. Cobras un sueldo y haces lo que te dicen. En amateur también, pero siempre buscas tu propio resultado porque el paso lo tienes que dar tú, no te lo va a regalar nadie. Al final va a pasar el que más carreras haya ganado.

¿Qué cosas hiciste que no te gustó hacer?

He estado corriendo en bici porque me ha gustado. Y todo lo que he hecho lo he hecho por gusto. Siempre es duro, pero no me ha importado hacer nada de lo que he hecho. Ha sido este año cuando he visto que no tenía las ganas ni la motivación y he parado.

Si el día de mañana fueras director deportivo de un equipo amateur, ¿qué no le pedirías a un ciclista?

No le presionaría. Creo que con presión es como salen peor las cosas. El propio corredor, sobre todo en amateur, se presiona. El que quiere ser ciclista, él mismo se va a presionar, y el que no lo quiera ser, va a pasar de todo.

¿Qué podría haber hecho que continuaras?

Seguramente Manolo Saiz va a sacar equipo profesional, pero yo tenía claro que aunque lo sacará y suponiendo que yo tuviera la oportunidad de estar ahí y ser profesional el día de mañana, no me vale la pena todo el sacrificio que conlleva eso por cobrar un sueldo. En las mismas condiciones que este año no hubiera seguido aunque hubiera hecho una muy buena temporada.


¿Te fue difícil comunicárselo al equipo?

Al bajar de la concentración lo comenté con mis padres. Después se lo comenté Javier Ramírez Abeja porque es la persona que más me ha ayudado desde pequeño y creo que se lo tenía que decir antes que a nadie para ver qué opinaba. Luego llamé a David Etxebarria y a Manolo Saiz. Ellos me dijeron que debía ser yo el que decidiera. Si no tenía ganas de empezar era mejor que parara. Si empiezas sin ganas, a mitad de año vas a tener menos ganas aun y un elite tiene que empezar fuerte.
Sinceramente, me costó más contárselo a la gente cercana que al propio equipo. Mis padres ya veían que no tenía ganas. Al contárselo a Abeja si me dio más cosa. Me conocen desde pequeño y al final al equipo los conoces tan solo de un año y no me costó tanto.
Manolo ya me dijo en la concentración que no me veía muy motivado este año. Le dije que sí en ese momento pero luego cuando le llamé para contarle la noticia, creo que no se lo esperaba. No lo sé pero eso intuí de la conversación. Me dijo que si era mi decisión, era mejor parar. Preferí decirlo con tiempo antes de que me dieran ropa y todo lo necesario para correr. Hacer dos carreras y decirlo después no tenía sentido. Prefería acabar bien con ellos.

¿Qué has aprendido en 2016?

La disciplina. Manolo Saiz es muy severo y se aprende mucha disciplina con él. Eso me va a servir para la vida. Nosotros para él somos profesionales aunque no cobremos. Él quiere que seamos profesionales, por lo tanto, te exige igual que a un profesional. Lo que quiere es formar ciclistas profesionales. Hay gente que lleva esa exigencia mejor que otra.

¿Te sientes extraño al comenzar un año en el que no vas a competir?

No me arrepiento de nada de lo que he decidido. Ahora estoy disfrutando mucho más. Ahora la bici es un hobbie y voy a correr maratones de mountain bike. Es verdad que me siento un poco extraño porque todos los años he hecho lo mismo. Aunque sigo saliendo en bici casi todos los días. De momento no estoy trabajando así que monto bastante, en cuanto encuentre un trabajo, todo cambiará y la bici tendré que cogerla menos. La vida ahora es completamente diferente. Antes era entrenar y descansar. Ahora puedo quedar con los amigos y tener vida social.


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